Hermano

una novela o una carta o un cuento largo o lo que sea de José Luis Serrano (elputojacktwist)

Entrevistas

Entrevista para el blog de Javier Sedano (diciembre 2012)

J.S. Hoy le toca a un nuevo escritor: José Luis Serrano (elputojacktwist) Seré totalmente sincero, como siempre, en decir que es de los autores hasta la fecha entrevistados, que menos conozco de su vida, salvo por aquello que he podido leer en las intervenciones de blogs, por lo que me han contado algunos de sus amigos, etc. Por lo tanto, me intentaré esforzar un poco más de lo normal, en conocer a este autor, que sinceramente, me despierta mucha curiosidad, por sus aficiones, profesión y sus escritos. Naces en Ciudad Real en 1967. Lo que no sabemos es lo qué te trajo a Madrid y en qué año.


J.L. Pues vine a Madrid a estudiar Matemáticas, en el año 1985. La verdad es que lo de las matemáticas era una excusa para salir de Ciudad Real. Habría estudiado cualquier cosa con tal de venir a Madrid. No porque no me gustara mi ciudad sino porque la atracción por la gran ciudad era muy fuerte. Me encantan las ciudades grandes, cuanto más, mejor.

J.S. ¿Cómo te defines a ti mismo? Y ¿Cómo crees que te ven los demás?

J.L. Ostras. Vaya pregunta. Soy muy convencional, me gusta la seguridad y la planificación. Pero hago todo lo posible por no serlo, me esfuerzo conscientemente por ser un desastre y que mi vida sea un caos. No lo consigo. Los demás verán que soy incoherente, pensarán que solo quiero llamar la atención, supongo.

J.S. Eres licenciado en Ciencias Matemáticas. Durante la novela haces referencias a ellas en algunas ocasiones. ¿Crees qué las matemáticas, en nuestra actualidad, siguen siendo la ciencia más exacta?

J.L. No hay nada exacto ya, ni las matemáticas. El mundo es un caos, tanto a nivel económico o político como a nivel subatómico. El que se lo inventó debe estar partiéndose de risa. Sólo la belleza (el arte, la poesía, la literatura, algún teorema) se aproxima a lo que este mundo pudo haber sido si lo hubiera creado alguien menos perverso.

J.S. Si crees qué todo debe de tener un orden en la vida. ¿Cómo ordenarías de más a menos importante: el amor, la amistad y la familia?

J.L. El amor lo engloba todo: la pareja, la amistad, la familia. Son distintos tipos de amor pero se transforman de uno a otro o hacemos que se transformen: el amor que sentimos por nuestra madre al nacer es tan bello como el enamoramiento adolescente. El amor de pareja con el tiempo se parece más a una amistad. La amistad es bellísima muchas veces porque no pide nada a cambio…

J.S. ¿A qué se dedica en la vida real José Luis Serrano?

J.L. Trabajo en una empresa energética, muy aburrido todo.

J.S. Se sabe de ti que te encanta viajar y lo haces con frecuencia. ¿En que paises te sientes más cómodo y por qué?

J.L. Adoro la cultura mediterránea, del norte o del sur. Lógicamente, Italia, Grecia o España tienen tanto de todo que resulta apabullante. Adoro Marruecos, Turquía y Siria (sobre todo). Lo del sudeste asiático es distinto: es difícil comprender algo. Aún así, Birmania, Vietnam, Camboya o Tailandia son tan fascinantes como asistir a un espectáculo de teatro o de baile en otro idioma: no se entiende nada pero se disfruta mucho.

J.S. Estudiante eterno de Historia y Arte. Es como también te defines. ¿No crees que la Historia, tal y como nos ha sido contada, está bastante adulterada y mutilada?

J.L. Me fascina que nada más ocurrir un hecho, a los 30 segundos ya está manipulado según los intereses del que escribe la historia. No estudio esa historia “fáctica” de enciclopedia y lista de reyes godos: lo que me gusta es la escritura de Historia, la historiografía: los mecanismos con los que se escribe la Historia (con mayúsculas) para, una vez comprendidos más o menos, imaginar más o menos qué fue lo que pasó. ¡Si ni siquiera confío en las Matemáticas como ciencia, menos me fío de la Historia! Sólo me gusta leer relatos, historias en plural.

J.S. Escoge un momento histórico que pienses ha sido fundamental en la sociedad. Sólo uno, sé que te lo pongo difícil.

J.L. Sí que es difícil, sí. Como no me gustan los reyes ni las reinas, ni las guerras ni las batallitas, me quedo con el 1 de diciembre de 1955; el día en el que Rosa Parks decidió no ceder su asiento a un blanco en un autobús. A veces, un iluminado, o alguien cargadísimo de razón, es capaz de enderezar el rumbo de la historia con un simple gesto, algo que las democracias, por muy legítimas que sean, muchas veces no hacen. Me encanta la desobediencia civil de los que tienen razón. Una sola persona puede ser más legítima que millones de ciudadanos si lleva razón.

J.S. No nos vamos a olvidar del Arte, una de mis pasiones. Y te voy a plantear una pregunta que para mí, si me la hicieran, me resultaría muy complicada. Por lo tanto te doy la opción de escoger tres momentos de la historia del Arte.  Y no me llames cabronazo, que seguro lo estarás pensando en estos instantes.
 

J.L. Me encanta el arte que hace pensar. Podría decir que la escultura griega, la arquitectura romana, el invento de la perspectiva han sido vitales, o el descubrimiento de la visión humana por Velázquez, o que el objeto del arte no es sólo la belleza (Goya). Así que hago trampa y digo otros tres más personales:
1910: La Primera acuarela abstracta de Kandinsky.
1913: El Cuadrado negro sobre fondo blanco de Malévich.
1965: Cómo explicar los cuadros a una liebre muerta de Joseph Beuys.
Pero si tuviese que elegir sólo uno, elegiría la fuente-urinario de Duchamp en 1917
Todo el arte contemporáneo (que es el que más me gusta) nace de ahí.

J.S. Te dije tres y has hecho trampa, o las matemáticas te han fallado – sonrisas de ambos – Te gusta que te reconozcan con el seudónimo: (elputojacktwist) Forma parte de una escena de la película: “Brokeback Mountain” Esta cinta dejó sorprendidos a millones de espectadores en todo el mundo, incluso entre los heterosexuales. Sé que esta película, es uno de tus temas de debate favoritos, así que simplemente te haré dos preguntas para que queden en esta entrevista. ¿Por qué piensas que impactó tanto al público en general?
J.L. Creo que fue la primera vez en la historia del cine en el que en una película de temática homosexual había un amor que todo el mundo entendía. Lo había habido antes, pero el 99% de los espectadores no se lo creían, o no pensaban que fuera amor.

J.S. ¿Crees que una persona puede descubrir su sexualidad aletargada, o por el contrario se han estado engañando por el entorno en que viven?

J.L. Eso es muy difícil de saber. Supongo que “a toro pasado” siempre es fácil buscar antecedentes. Pero de cualquier cosa en esta vida. Conozco a muchos hombres a los que el sexo no les interesa en absoluto por lo que ni siquiera se han hecho ese tipo de preguntas.

J.S. Ante de entrar en materia de la novela, cuento largo, carta o lo que sea, que tantas veces repites durante la historia de “Hermanos” me gustaría saber, ¿Qué te impulsó a escribir?

J.L. Una pura necesidad vital. Es un tópico pero me quedo muy a gusto cuando escribo, como si vomitara.

J.S. La poesía es una de las disciplinas, a mí entender, más difícil. En tu biografía se habla de una extensa obra poética, la gran mayoría sin publicar. ¿No te atrae publicar un libro de poesía?

J.L. Pues sí, claro que me atrae, pero debe ser que no atrae a los editores – Risas.

J.S. En la contraportada se puede leer: Hermano es una historia de amor disfrazada de libro de viajes sobre Birmania. O al revés. No se sabe si es una historia de amor. O el autor quiere creer que no lo es. O no sabe si lo fue. Salvo que el amor no correspondido sea también amor, en cuyo caso probablemente sí lo sea. O a lo mejor si fue correspondido y no se enteró, opción que le tortura de manera continua, quizás la peor opción.
Sobre este primer párrafo de dicha contraportada, se me ocurren varias preguntas tras leer la historia. ¿Crees en las historias de amor, aunque el uno ame y el otro no sepa si es correspondido?

J.L. Es una de las tesis del libro. Por supuesto: lo importante es amar, sea o no correspondido. Es más: las más grandes historias de amor son las no correspondidas. Que se jodan los que no aman.

J.S. Yo no creo que el protagonista se torture por una historia de amor no comprendido, sino todo lo contrario, por no atreverse a descubrir si es correspondido el amor que siente hacia el birmano. ¿Cuál es tú sincera opinión?

J.L. El protagonista sobre todo lo que querría es haber seguido manteniendo ese misterio, viajando entre campos de coliflores en el coche con el birmano, infinitamente. Sin preguntas, sólo disfrutando de las gotas de sudor que resbalan por el cuello del muchacho. Todo lo demás le da igual.

J.S. ¿Piensas que mucha gente pierde la oportunidad de un amor verdadero, por la falta de valor ante la persona que ama, por ser rechazado?

J.L. Cada uno debe hacer el esfuerzo por saber qué es lo que quiere, qué necesita y hasta dónde  puede llegar. Si soy feliz dándole un azote en el culo a mi compañero en el campo de fútbol cada vez que mete un gol, aunque sea una vez cada dos meses… ¿Para qué más? Si no soy feliz con eso, tendré que pillarle a traición en las duchas y ponerme de rodillas (para ponerle un anillo en el dedo) y pedirle matrimonio.

J.S. Sin duda, lo que más me atrapó del birmano, es su ingenuidad y sencillez. ¿Qué es lo que te atrapa a ti de una persona?

J.L. Has acertado. Me encantan las personas nobles, sin dobleces. Que dicen las cosas a la cara. O que, si no las dices, es fácil deducir que sí las piensas.

J.S. La duda ofende. Claro que es un libro de viajes, y además con descripciones muy precisas. ¿Qué te impulsó a tomar como escenario Birmania y no otro país?

J.L. Lo de Birmania fue realmente casual, la historia podría haber pasado en cualquier sitio. Acababa de volver de Birmania y tenía muy fresco el recuerdo. Además, me había venido con la sensación de que no había sabido expresar mi agradecimiento a todas esas personas que habían hecho mi viaje absolutamente delicioso. Era la manera de devolverles algo de lo que a mí me dieron.

J.S. Durante la lectura de la historia, hay algo que me desconcertó totalmente y que pienso sobra en la novela. Con todo mi respeto. Pero no entendí como dedicas algunos capítulos cortos a esos momentos en Madrid, en un monólogo, de un personaje, que lo definiríamos como “loca”, hablando en femenino y con un vocabulario muy vulgar, en contraposición a toda la belleza narrativa de la historia en Birmania ¿Qué te motivo a incluir esos capítulos?

J.L. No eres el primero que me lo dice (Luis Antonio de Villena dice que es como estar comiendo una tarta de merengue y encontrarse dentro un chorizo). También hay quien prefiere esos capítulos al resto. Yo, sin embargo, creo que son imprescindibles; me daba miedo estar rescribiendo La pasión turca. Me dejo llevar enseguida por el lirismo, me dan arrebatos místicos… ese personaje me sitúa de nuevo en la tierra.

J.S. Las novelas escritas en primera persona, exponiendo tantos sentimientos, siempre provocan al autor sacar parte de su ser, en mayor o menor medida. ¿Hay en esta historia retazos de sentimientos vividos por amores que no se consumaron?

J.L. Por supuesto. No es una novela autobiográfica porque yo no me enamoré de ningún Birmano en concreto sino que construí uno a medida con aspectos de muchos chicos que conocí aquel verano. Pero creo que casi todos los escritores utilizamos sentimientos vividos y los disfrazamos de algo.

J.S. Totalmente de acuerdo con la respuesta anterior. ¡Ay, tus pies! Los pies son el fetiche de mucha gente. ¿Cuál es tu fetiche confesable?

J.L. Me encanta la ropa interior. Y los uniformes. Hice la mili en Infantería de Marina y eso marca. El tema pies no lo trato, la verdad. Al menos en España (no me gustan los pies españoles) – Sonrisa.

J.S. Tenemos que ir dando por finalizada la entrevista y se me quedan muchas preguntas en el tintero, que seguramente habrá otra oportunidad para ello. Decir a modo de resumen que: desde 2006 colaboras semanalmente con una sección cultural Desayuno e Urano en la Web dosmanzanas.com, sobre cine, literatura, música y arte LGTB. Eres coautor del blog de poesía homoerótica “La taberna del Mar” y en la actualidad estás terminando tu segunda novela: Sebastián en la laguna. ¿Qué nos puedes adelantar sobre esta nueva obra

J.L. Es mucho más convencional que Hermano. La historia se sitúa en un verano de los años ochenta, cuando teníamos todo el tiempo del mundo, en la adolescencia. Hay amor, sexo y hasta algún crimen.

J.S. Y la última pregunta, como siempre queda abierta para el entrevistado. ¿Qué te hubiera gustado que te preguntara y no he hecho?

J.L. Me hubiera gustado que me preguntaras sobre mí otro hijito: La tumba del chicle Bazooka. Sólo está disponible en digital y fue un experimento para ver cómo funcionaba el tema y tal. Lo puse a la venta al precio mínimo que podría (menos de un euro) y resulta que está yendo de maravilla. Es una colección de cuentos, escritos y relatos de viajes. La gente lo lee a ratos, en el móvil, mientras va a trabajar, en el metro. Me escriben correos muy emocionantes.

J.S. Se me fue el santo al cielo con ese hijito, como lo has llamado y le pido todas mis disculpas a la obra – sonrisa – Yo lo tengo descargado en mi ordenador, porque mi móvil no tiene Internet, aunque cueste creerlo. Y es uno de esos libros pendientes, pero aún tengo varios en papel que son los que llevo en mis viajes al trabajo. Seguramente habrá tiempo para una nueva entrevista y hablaremos de él. Ha sido un auténtico placer conversar y conocerte un poco más y espero que pronto nos podamos tomar una cervecita tranquilos e intentar arreglar nuestros mundos.

J.L. Gracias por todo, Javier, y un saludo afectuoso a los lectores.

 

La semana que viene será la reseña de “Hermano” como corresponde.



Entrevista para El librepensador (17/07/2012), por Guillermo Arróniz López

La sensibilidad birmana

Hace semanas reseñábamos esta emotiva y vibrante obra de un amor que no fue y se realizó pudriéndose en su falta de corporeidad. Un tema muy poético y muy antiguo: el amor que tiene miedo de declararse, que se siente no correspondido y prefiere no revelarse, cediendo al miedo de ser rechazado y romper el encantamiento. Sin embargo, la tradición se renueva como cada primavera que, con sus nuevas flores, no emula a la anterior, es sencillamente Primavera, como cada amor es Amor y sigue los parámetros del hombre y sus sentimientos: asiáticos, europeos, hombres, mujeres, homosexuales, heterosexuales… el sentimiento y el enamoramiento son universales. Y el miedo a no ser amado es una constante en el ser humano.
Ellibrepensador: Vaya la primera pregunta, maliciosa siempre, según una regla no escrita de este entrevistador: ¿no te da miedo haber nacido en el mundo editorial con una obra tan emotiva, que puede haber puesto el listón de las expectativas de los lectores demasiado alto, pensando en tu siguiente obra?
José Luis Serrano: Como lector, creo que siempre deberíamos poner el listón alto. Como escritor, me preocupaba eso que dices, que las opiniones, el recibimiento de Hermano, afectaran a mi segunda novela… así que, la segunda novela ya estaba prácticamente terminada cuando se publicó Hermano. Lo hice conscientemente. Tuve dudas con Hermano, no sabía si merecía la pena que se publicara. Sin embargo, estoy contentísimo con la segunda (“Sebastián en la laguna”) porque es mucho mejor. Eso espero.
El: ¿Por qué Birmania? Se comenta desde el principio que el libro puede tomarse como una especie de obra de viajes camuflada de novela o a la inversa. Sin embargo mi sensación es que el paisaje, por hermoso que resulte, no adquiere un protagonismo suficiente como para dar lugar a la duda.
JLS: Birmania es casual, podría haber sido Tailandia, Vietnam o Marruecos. Desde luego no Francia ni Inglaterra. Las dudas las tiene el propio protagonista porque no sabe qué está escribiendo, no sabe qué va a salir. Por eso empieza hablando sobre la esposa de Alfred Nobel y acaba escribiendo sobre un muchacho birmano. El paisaje forma parte del muchacho y el muchacho del paisaje.
El: Uno de los grandes aciertos de la obra es presentarnos al objeto del amor/deseo como un sujeto con sus características positivas pero también con sus miserias humanas: el tipo de relación que tiene con su novia, su deseo de presumir de tener un cliente europeo…Construyes una persona, más allá del personaje que la exageración poética del enamorado dibuja inicialmente. ¿O me equivoco?
JLS: Es un mecanismo de defensa, pero no funciona bien en general, a mí no me funciona y al protagonista me temo que tampoco: nada mejor que ver los defectos del ser idealizado pera desenamorarse. Nada más frustrante que ver que esos defectos te enamoran aún más. Es un horror.
El: El protagonista no se atreve nunca a despejar la duda, a ponerle nombre a sus sentimientos frente a ese ser que lo ha fascinado. ¿Es cobarde o sólo prudente, o sensato? Dice que se ha “insinuado” sin obtener respuesta a sus esfuerzos por hacerse evidente, pero no usa las palabras o los gestos directos.
JLS: El protagonista tiene una regresión a su juventud: el problema es el mismo, le está pasando algo precioso, tan bonito que incluso le basta con que siga así siempre, pero sabe que si le pone nombre, desaparece, como una pompa de jabón que explota con el más leve soplo de aire. ¿Es cobarde? Supongo que sí. Pero si es prudente o sensato es por el muchacho, no por él mismo. Teme que le pase cualquier cosa cuando él se vaya.
El: Hay una parte del libro, hacia el final, que recoge noticias del mundo sobre el maltrato, el asesinato y la injusticia cometidas contra homosexuales. ¿Cuál es el objetivo de este paréntesis y como entronca con la historia relatada? ¿Has querido tomar la bandera activista y mostrarle a los lectores cuánto queda por hacer?
JLS: Un lector me dijo que el protagonista aún no se explica el silencio entre ambos y que en el avión, al leer los periódicos se acuerda de que el mundo es tremendamente cruel con los que son como ellos, como yo. Y que queda mucho por hacer. Me gustó esa vuelta a la realidad con los periódicos del avión porque el capítulo está escrito copiando y pegando titulares de periódicos uno detrás de otro. Me satisfizo tanto que a todo el mundo le digo que sí, que son los periódicos que el protagonista lee en el avión de vuelta.
El: Ante tanta poesía y ardor emocional, ante el enamoramiento “salvaje” del protagonista, un amigo suyo, malhablado, malicioso y lleno de ingenio pone el contrapunto de tarde en tarde, haciéndonos saltar de la lágrima emocionada ante un bello hombre que duerme, sudoroso y agotado y otro hombre que lo contempla con entrega… a la carcajada inevitable ante la mordacidad tosca y basta de un hombre de pequeña ciudad de provincias con una mala leche que roza lo drag. ¿Salió espontáneamente o fue planeado desde el principio?
JLS: Fue planeado, me encantaba el personaje (yo soy muy así también a ratos). Tenía tanto miedo de volver a escribir “La pasión turca” que lo necesitaba. Me daba miedo caer en la cursilería, el límite es muy frágil. Pero me encanta caminar al borde del precipicio, siempre lo hago. Ese personaje era una red.
El: Este personaje, curiosamente, está leyendo la obra de Proust, ¿hay una ironía en ello o has querido decir que bajo el personaje y la máscara que toda persona se crea frente a los demás, siempre hay una profundidad insondada, inexplorada y recóndita?
JLS: Soy muy malo juzgando a la gente, me equivoco enseguida. Por eso no soporto los prejuicios, así que no, no hay ironía: la deslenguada lee a Proust. Todos deberíamos leer a Proust porque Proust lo escribió todo. Además, pese a lo que parece, es muy fácil leer a Proust.
El: Los pies del conductor birmano que lleva al protagonista por todo el país llegan a ser un punto de atención, un poema dentro de la obra (en prosa, pero un poema). ¿Abarca el amor todo lo que conforma el hombre, el cuerpo, la reflexión, el sentimiento, desde el mechón de pelo hasta las uñas de los dedos? ¿O se trata de un fetichismo concreto?
JLS: Es curioso porque veo que es un tema recurrente en lo que escribo: una especie de panteísmo que hace que te enamores de todo, de un boli con la capucha mordida, de unos pantalones arrugados en el suelo… No soy fetichista con los pies porque no me gustan los pies de los europeos. Si viviera en Birmania otro gallo cantaría.


Entrevista para Universogay (19/07/2012), por Eduardo García

El hombre detrás de Hermano

Tal vez conozcas a José Luis Serrano por el nombre de “elputojacktwist” por sus blogs y por su sesión cultural en DosManzanas. Cuando leí su primera novela, “Hermano”, de la que tanto había escuchado hablar, estaba preparado para leer algo hermoso, pero no tanto. Me sorprendió la belleza del relato, la grandeza de su simpleza, y me adentré tanto en la novela, que al terminar, sentí nostalgia por Birmania y por su gente, era como si hubiese estado en esos lugares y vivido esa historia entre los dos protagonistas. Quise de inmediato conversar con él. Aquí lo tienen.

1-Habiendo estudiado Ciencias Matemáticas, ¿en qué momento pasas de los números a las letras y lo haces con tanta gracia?

Nadie se lo cree, pero Matemáticas es una carrera más de letras que de números, tiene mucho más que ver con la poesía, la pintura o la filosofía que con las ingenierías. Las matemáticas son un lenguaje, quizá por eso conozco a muchos matemáticos que escriben muy bien. Yo he escrito siempre, de todas formas, desde antes de estudiar matemáticas. Pero me lo guardaba para mí.

2-¿Cuándo y cómo surge la idea de escribir “Hermano”?

Siempre quise que mi primera novela fuera de amor no correspondido, reivindico el amor no correspondido como una forma de amor también. Que se jodan los que no aman, por citar a la hija de Fabra. En un viaje a Birmania, una anécdota que me entristeció me dejó una extraña sensación que quise prolongar voluntariamente en el tiempo para utilizarla en una novela. Me di cuenta de inmediato.

3-Leyendo tu novela o relato o carta larga, no he podido evitar el haberme transportado junto a ti a Birmania e incluso sentir nostalgia de ese país al terminar el relato. ¿Ibas llevando un diario del viaje, lo escribiste estando allá, o fue por medio de tus recuerdos ya una vez de regreso en Madrid?

Tras esa anécdota de la que hablaba antes (que está en el libro: la espera de un muchacho a la puerta de un hotel durante un día completo para entregarme un regalo), la idea se fue gestando en mi cabeza. Pero tenía más de mil páginas. Luego, dando unos paseos por la playa en Bilbao con mi marido, quedó lo esencial. Aun no había escrito ni una sola palabra de todas formas. De vuelta a Madrid, la escribí de un tirón, en dos semanas.

3-Estoy seguro de que todos los que hemos leído “Hermano”, tenemos la curiosidad de saber si ese guía que te llevó por un maravilloso país existe realmente. También si es una sola persona o es la concentración de todos los chicos que te llamaron la atención en tu viaje.

Has dado en el clavo: fueron muchos los chicos que me llamaron la atención: conductores, guías, recepcionistas de hotel, vendedores... es una mezcla de todos, pero cada uno de ellos era también bellísimo a su manera. Pudo haber sido cualquiera de ellos.

4-Hay escenas que están escritas con el corazón en la mano, ¿llorabas emocionado mientras las escribías?

No. Yo no me enamoré de ningún chico birmano, el protagonista del libro sí. Y escribe precisamente para no llorar.

5-¿Harías una continuación de “Hermano” o piensas que el reencuentro no es necesario?

No, yo creo que no, pero todas las historias son siempre la misma historia así que habrá que estar atento por si sigue bajo algún otro nombre, bajo alguna otra nacionalidad.

6-¿Cómo consideras que ha sido la acogida de tu novela por parte del público?

Ha sido lo más emocionante. Tanto que tuve el impulso inicial de no volver a escribir más, o al menos, de no volver a publicar más: yo había escrito una historia para entretenerme y resulta que estaba cambiando la vida de la gente, y eso me daba mucho miedo. Me encantó la recepción de la novela entre el público femenino heterosexual.

7-Sé que tienes muchos poemas sin publicar. ¿Qué podemos esperar ahora de José Luis Serrano? ¿Nuevos proyectos literarios? ¿De qué tipo? ¿Te has quedado con deseos de continuar escribiendo?

Efectivamente, hay muchos poemas sin publicar (yo siempre he sido un escritor de poesía y he acabado publicando novela). He recopilado una serie de cuentos, escritos contra la homofobia y relatos de viajes a La India y Uzbekistán, y ya están disponibles en versión electrónica bajo el título “La tumba del chicle Bazooka”. Y la segunda novela ya está prácticamente terminada, con título y todo: “Sebastián en la laguna”: habrá algún muerto y hasta sexo, esta vez.




Entrevista para Contacto Latino (21/03/2012), por Ani Palacios Mc Bride

La nostalgia del amor no correspondido es capturada con detallada ternura en “Hermano”

José Luis Serrano es un autor accidental. Un matemático que un día empezó a escribir con una fluidez y un talento natural que les sería envidiables a muchos. Su novela Hermano, ganadora del Premio Fuera de Serie 2011, es básicamente una carta de amor que nunca será entregada, una narración en segunda persona que a veces con belleza, a veces con brutal realidad, pero siempre con nostálgica elocuencia, nos traslada a los recuerdos de un viajero en Birmania y el amor de hombre a hombre, de hermano a hermano. Como la sensación de tocar, de oler los recuerdos bordados en el sudor dejado en la ropa de un ser amado desde lejos, Hermano nos inunda de melancolía, de ternura, de lo que podría haber sido pero nunca fue. Y aunque la novela relata una historia de amor homosexual, el retrato del amor que murió mucho antes de germinar y estirar las ramas y abrazar el sol es lo que sobresale y nos deja un nudo en la garganta sin importar nuestra sexualidad.

Nos fue difícil conseguir una entrevista con José Luis. Él es una de esas rarezas que no desea la atención. Aquello nos causó todavía mayor curiosidad acerca de aquel hombre que debutó en el mundo de las letras en España con un blog acerca de la película “Brokeback Mountain”, también de amor prohibido entre dos vaqueros.

Cuéntanos cuál era tu objetivo cuando escribiste Hermano
Siempre quise que mi primera novela tratara de dos temas: la homofobia y el lenguaje (como arma ofensiva y defensiva). Tras un viaje a Birmania encontré el pretexto: los dos temas estaban ahí y además me serviría para devolver al pueblo birmano su amabilidad infinita y reflejar (en una mínima parte) la belleza de sus paisajes.

¿Te reconoces como un autor LGBT? ¿Continuarás explorando esta temática?
Ser un autor homosexual debería ser tan absurdo como ser un autor pelirrojo, vegetariano o zurdo. Pero no lo es, no lo será mientras se nos siga insultando, agrediendo y minusvalorando en montones de países (en casi todos, por otra parte). Así que mi etiqueta (voluntariamente elegida) es un compromiso, sobre todo, con los adolescentes LGTB. A mí la literatura me salvo la vida: Lorca, Cernuda, Pessoa, Shakespeare y hasta Cervantes, seguramente. Por otro lado, sé que eso perjudica mi novela: la primera vez que la vi a la venta fue en un sex shop, cuando en la novela hay menos sexo que en El Principito, para desgracia del protagonista.

¿Qué puertas inesperadas te ha abierto la publicación de este libro?
Tengo una relación complicada con el éxito. En el colegio me echaban de clase porque no paraba de hablar pero no podía evitar sacar matrículas de honor. En 2006 abrí un blog (elputojacktwist) casi sin saber lo que era y a los tres días recibía 30.000 visitas diarias. Escribí Hermano pensando en que desapareciera (es el tema principal de la novela: no dejar ninguna huella, ser transparente y sin memoria): me aterra influir en la vida de nadie, sea para mal o para bien. Ahora recibo correos de personas a las que Hermano les ha cambiado la vida y yo no sé si puedo con eso. Me alegra y me asusta.

Cuéntanos de tu proceso como escritor
En mi caso se trata de depuración: en mi mente las novelas están enteras, con miles de páginas. Soy muy perezoso al materializarlas, así que en el proceso se queda el 90%, algo que creo que beneficia enormemente el resultado.

¿Te encontraste con dificultades para publicación (como la búsqueda de una editorial, por ejemplo)?
Tuve mucha suerte (o la novela es buena, puede ser). Escribí a cinco editoriales y dos respondieron con entusiasmo. Me decidí por Egales por su prestigio y su amplísimo catálogo, por sus muchos años de compromiso con los gays, lesbianas, transexuales y bisexuales. Mi casa está llena de libros de Egales.

Tú eres un matemático de profesión que se nota muy cómodo con el manejo de letras… Una mezcla fuera de lo común… ¿Cómo sucedió?
Bueno, en las matemáticas también hay muchas letras, je, je, je. Aparentemente no tiene mucho que ver pero no es así. Las matemáticas también son un lenguaje, mucho menos problemático, por cierto.

Y ese apodo (sobrenombre) que utilizas: el Puto Jack Twist… ¿de dónde nace?
Es una larga historia: me gusta decir que es un “heterónimo”, pero, simplificando, es un alias que usé en un foro sobre Brokeback Mountain, luego se convirtió en el nombre de un blog y es el alias con el que firmo ahora mis reseñas de cine y literatura en la web www.dosmanzanas.com, que es la web de referencia en materia LGTB en España.

¿Hacia dónde te dirigirás ahora?
El blog de elputojacktwist murió de éxito, ahora me estoy planteando no volver a escribir más. O al menos, no volver a publicar más en vida. El éxito me trae problemas con la gente que me rodea: algunos, quizá los que merecen la pena, lo llevan muy bien. Otros no tanto. Yo no soy un escritor, soy un tipo que un día se levantó y escribió una novela. Pensaba tirarla a la basura pero alguien la leyó y le gustó y hasta ahora. Yo solo quiero que mi marido me quiera.